15 de junio de 2018

No es sólo la trata


 



La trata no es el único abuso en la cuestión de la prostitución. 
La obligación no tiene que ser mediante amenazas necesariamente para considerarse un abuso. 
Por parte de la prostituta será una estrategia de supervivencia, por parte del putero es un abuso mediante su poder económico para acceder a un sexo que de otro modo no obtendría. 
Y por otro lado por mucho que haya mujeres que defiendan "su derecho a ser prostituida" la relación que existe entre cliente y prostituta no es igualitaria, y no hablamos de tiempo, o trabajo, sino efectivamente de un espacio del sujeto que tiene que ver con su propio placer también y con su relación social con los demás. 
Significa lavarle la cara al sistema capitalista hablar de que es una decisión libre, tampoco el empleado normal es libre y eso no lo cuestionamos, hay varias diferencias con otro tipo de empleos. 
Una que no sacrificas tu cuerpo en su espacio íntimo y personal de las relaciones en el que tu ser pasa a formar parte de lo mercantil. 
Otra , que el trabajo tiene sentido no sólo en términos de empleado empresario, sino que en los trabajos se produce algo, pero que esa relación mercantil es también cuestionada y se tratan de poner límites a esos poderes no al revés. 
Estar en contra de la prostitución no va de lo libre que sea su mercado, sino también de poner límites a lo que se puede fundamentalmente comprar pero bueno también vender, para que el capitalismo no se trague nuestra vida en todos sus aspectos. 
Incluidos los sociales, y ahora también los sexuales. 
Pero es que además la prostitución tiene un sesgo patriarcal, que no debería obviarse. 
En el que se refuerza un modelo de relaciones de poder menos favorable para las mujeres. 
Y además al convertir el cuerpo y el sexo en una mercancía, también el aumento de la oferta, abarata los costes con lo cual acaba en resultar además precario. 
El debate no es la libertad de alguien en vender o no sexo. 
El que vende no es el poderoso, si así fuera no vendería. 
No es el empoderado, igual que el empleado es el eslabón débil, en este caso no lo es menos. 
Es más, si el dinero hasta ahora ha podido comprar nuestro tiempo además ahora algunas personas abogan porque pueda entrar de forma legal y regulada en nuestro cuerpo directamente. 
Pues yo me niego. 
En España no es ilegal, y habría que diferenciar entre el estigma contra el que hay que luchar de la sexualidad femenina de cualquier mujer que se atreva a desafiar la norma establecida de puritana, con la mercantilización de nuestros cuerpos. 
Son dos cosas muy distintas, 
La primera aboga por la libertad de cada cuál a DISFRUTAR con quiénes libremente deseen sin verse coaccionados por teorías ajenas sobre lo que es sexualmente lícito no no realizar. 
En la segunda hablamos de convertir al ser humano en una mercancía más, en este caso sobre todo a las mujeres. 
Otra cosa, el modelo abolicionista no prohíbe la venta sino la compra, con lo que las mujeres que se venden no están siendo penalizadas ni consideradas delincuentes, sino víctimas de su propia miseria económica.

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