26 de diciembre de 2016

¿Qué sociedad queremos ser?

La cosa es ¿Qué tipo de personas y sociedad queremos ser?
Una que trabaja para vivir o Una que vive para trabajar
Una que cuida de cuida de los demás y empatiza o una que abandona a su suerte o rechaza al que tiene problemas de cualquier tipo

Una que tiene tiempo o Una amargada siempre con prisas
Una que se solidariza con otros pueblos que sufren catástrofes o guerras, o una que los maltrata prohibiendoles pasar y reteniendoles en condiciones infrahumanas

Una que respeta y cuida el medio ambiente y la naturaleza consciente de que es la fuente de vida que nos alimenta, nos enriquece, y nos da la vida, u otra que pasa de todo, contamina y derrocha energías y subordina todo al lucro empresarial

Una que construye las condiciones de igualdad entre personas de distinto sexo, orientación, raza, religión etc. O Una que discrimina, jerarquiza y agrede a otras por ser diferentes a ellas
Una que quiere construir su comunidad, su destino, su futuro y su historia o Una que prefiere que le manejen estafadores sin escrúpulos

Una que celebra el amor y se ríe de sí y con los demás o Una que hace llorar a otras al reírse cruelmente de ellas
Una que se interesa por conocer, y disfruta de la cultura o Una que se regodea en la ignorancia
¿Qué tipos de personas y sociedad queremos ser?

El capitalismo no es democracia

Esto no es democracia. 
La democracia tiene contenido y decisión. Tiene autorganización, construcción de su sociedad. 
Y bases económicas y sociales que permitan la libertad, que sólo puede darse con igualdad social aunque haya diferencias humanas y enriquecedoras. 
Desde el momento en que no gobernamos nuestras vidas de forma consciente como pueblo, no hay democracia. 
Esto se ha dejado en manos de reglas absurdas al servicio de privilegios de partida y poder que se perpetúa a sí mismo con este modelo. 
Un sistema que no garantiza condiciones de trabajo, tiempo de vida, ocio, y recursos suficientes para todas las personas en la medida en que la ciencia y la tecnología, así como la naturaleza nos permite, no es un sistema democrático.  
La libertad de los seres humanos no puede ni debe emanar de su dinero o su poder económico.  
  Si queremos una sociedad libre, humana, responsable, justa, buena y feliz, debemos procurar que los mecanismos que la regulan estén bajo nuestro control, y respondan a criterios racionales humanos, y empáticos. 
A criterios que nos hagan caminar hacia una vida buena para todas. 
No puede ser que nuestras vidas, nuestro futuro, nuestra historia, dependa de teorías económicas absurdas que sólo provocan desastres, desigualdad, miseria, etc. 
No. 
Las riendas deben estar en la sociedad y para la sociedad de un modo justo y equitativo. Con posibilidades lógicas. 
Con organización encaminada a no derrochar recursos, y a aprovechar el potencial de lo que tenemos, teniendo siempre como mirada orientativa que el fin social es la calidad de vida satisfactoria y feliz, las relaciones saludables, el respeto, un equilibrio entre el trabajo y el ocio, unos ritmos que nos permitan disfrutar de la vida, y en general un potenciador de nuestra salud física, mental, afectiva y social. 
Procurar el despliegue de la potencialidades de todas, y el disfrute de sus frutos. 
La realización de las personas. 
Nuestra crisis es civilizatoria porque falla un corazón del sistema no un órgano periférico. 
Falla una estructura, no una pared. 
Fallan los cimientos de nuestra organización social. 
El soporte sobre el que se despliega el resto de la vida. 
El soporte convencional, soporte no natural, soporte "construido socialmente", fruto de la acción humana, no de ninguna ley natural y por lo tanto susceptible de ser cambiado, transformado. 
Y además de esto, sobre unas bases económicas orientadas conscientemente a la satisfacción de nuestras necesidades y teniendo en cuenta los límites medioambientales, se puede y se debe seguir debatiendo y discutiendo, porque siempre habrá matices, y proceso social que se debe construir de forma colectiva. Pero sobre una base radicalmente diferente a la que existe. 
Gobernando la humanidad a la maquinaria económica y no la maquinaria económica independizada de su fuente, gobernando a nosotras, las personas.





¿Democracia o dictadura liberal?

Yo creo que más que en una democracia de derecho, vivimos en una dictadura de derecho liberal. 

Dictadura porque el marco de las decisiones es restringido, liberal porque votamos a nuestros dictadores temporales, y de derecho, porque esa dictadura está de alguna manera limitada por un sistema de derecho, que proporcionas límites al poder ya que esas decisiones tienen que integrarse en un conjunto previo de leyes con jerarquía normativa. 

La acción de esos "dictadores temporales" está por un lado limitada por un marco económico y legal que acota las potestades que se les otorgan, y establece unos procedimientos en los que se tienen que establecer las nuevas decisiones en forma de ley.  Pero eso también genera que el marco sea ya una decisión no cuestionada, y complicada de modificar. 

Pero el modo de gobernar sin embargo otorga unas potestades enormes que no parece tener que dialogar con la sociedad, más allá de momentos en los que debe convencerla de que apoyen su proyecto. 
Si además el modo en que elegimos ese proyecto está condicionado a un todo o nada de los distintos proyectos, y a un contexto electoral limitado, en los que unas opciones cuentan con grandes capacidades de convencer o ser visibles, y otras no, pues no está siendo un método democrático por el mero hecho de que podamos elegir uno.

Si profundizamos más, vemos que además la sociedad sólo dispone de una decisión: Elegir partido. Más allá de eso no hay nada. Y ni siquiera esa elección se realiza en completa libertad de voto, puesto que cada votante está condicionado por ese sistema electoral que perjudica la intención de votar un partido que no parezca tener opciones reales a priori.  El llamado voto útil. 

Además de esto, las decisiones que se toman son en un pack de decisiones en el que no se tiene porqué coincidir en cada criterio de cada asunto. Ni tan siquiera en unas líneas generales acerca de temas políticos importantes. Por lo que es común que se busquen puntos de los programas o ideas clave con las que atacar a un adversario político que lo desacrediten en el conjunto de su proyecto. O incluso buscar vinculaciones simbólicas que hagan que directamente se pueda excluir de la lectura o el conocimiento de la propuesta integral. 

En un sistema en el que tomásemos más decisiones políticas, y no sólo el equipo con su paquete completo que va a llevarlas a cabo también se estinguirían este tipo de problemáticas. 

Pienso firmemente que el 15M apuntaba a estas cuestiones como a ninguna otra. La relación tan importante entre la forma en que se reparte el poder y se ejecuta y controla su ejecución por parte del colectivo soberano, de manera que realmente podamos profundizar en la construcción de una democracia digna de tal nombre

La democracia no es liberalismo, no es elegir entre opciones. No obstante tampoco hay democracia sin liberalismo, sin elegir, sin opciones. Elegir democracia ya es una opción política que no comparte todo el mundo. Elegir democracia implica rechazar otras opciones. Implica un posicionamiento ético de cómo queremos vivir en sociedad.

No se trata sólo de decidir sino qué se decide y cómo.Y quién decide qué, y cómo conseguimos un sistema en el que esas decisiones de cómo convivir sigan manteniendo unas posibilidades reales de decisión colectiva.

Pensar que tomar decisiones ya es democrático per se, nos podría llevar a considerar que el mercado es el mejor ejemplo de democracia. Y no hay nada más lejos de la realidad.

De hecho no es casual que se hable de mercado electoral para referirse a nuestros sistemas.
Pero el mercado invisibiliza las condiciones en que esas decisiones son tomadas, y cómo son tomadas. De ahí aquella metáfora graciosa de la pregunta ¿Con qué salsa quieres ser cocinada?
Esa pregunta nos muestra como el mero hecho de que haya opciones no es un marco democrático. Esto deja completamente fuera la opción de "No quiero que me cocinen"

El pluralismo está muy bien, y forma parte de un sistema democrático. Pero cuando se quiere un sistema democrático en ese pluralismo no caben o no deberían caber para seguir siendo sociedad democrática aquellas opciones que traten de pervertir los principios democráticos.

El fin y el medio han de ser democráticos, y dar garantías de seguir siéndolo una vez tomadas dichas decisiones. Es decir, una decisión colectiva para ser democrática tiene que llevar implícita la posibilidad de abrir las decisiones y no de cerrarlas.



¿Se puede cuestionar el grado de democracia de las decisiones de una herramienta que pretende ser democrática?

Llamadas de atención a la discrepancia sobre decisiones colectivas y cuestionamiento de la democracia 

       No me gustan no sólo algunas "llamadas de atención" que no creo que tengan sentido, sino el argumento que se ha dado que no sólo implica a quiénes siguen o no a un determinado líder. Osea que no se puede cuestionar las decisiones "democráticas" según el secretario de organización. Sin embargo yo creo que esas decisiones, y sobre todo el modo de tomarlas, no sólo las cuestiona un sector visible y con proyección mediática como pueda ser una determinada corriente.Sino muchas otras personas, que consideramos con distintos modos de crítica que las votaciones no se han hecho tan democráticamente y que más bien se han convertido en un concurso de popularidad entre caras conocidas y adeptos. Si creo que en algo se coincide desde muchos sectores es en que las votaciones mediadas por la afinidad a personas no permiten un debate real sobre las ideas, y que esto lo hayan defendido los errejonistas que antes estuvieron de acuerdo con esa dinámica, no le quita ninguna razón a la argumentación. Es más yo creo que este sector se queda corto incluso en sus reivindicaciones de primero las ideas y luego las caras. Ya que tampoco propuso un remedio o propuesta en el que esos debates de ideas no estuvieran influidas también por quiénes las presentan. Del mismo modo que en España partidos sin visibilidad a través de los medios y con un sistema que obliga a voto útil sesga la elección de las personas, en Podemos también se instala una dinámica de voto útil que imposibilita a otras opciones hacer valer sus ideas con una especie de bipartidismo o tripartidismo. No ha sido poco frecuente la apelación al líder de turno que se votaba en lugar de a las ideas como argumento por muchas personas, y eso deberíamos entender que es una dinámica nociva para permitir que aflore eso que antes llamábamos "Inteligencia colectiva" Si se va a considerar que las discrepancias ideológicas, organizativas y demás son una especie de traición a quiénes más poder tienen en la actualidad en la propia herramienta, se convierte esta en una especie de chiringuito de unos pocos en lugar de una herramienta colectiva y democrática. Hay métodos en las que los efectos que pervierten las decisiones democráticas pueden ser corregidos. Si no se usan es porque no conviene a quiénes creen que gracias a una afinidad generada tienen más posibilidades de ganar independientemente de si las ideas que defienden son las que más convencen a conjunto. No me parece que sea la forma de democratizar un partido ni una herramienta y hacer de esta herramienta una lucha de todas. En ese sentido me parece bastante decepcionante que se diga que no se pueden cuestionar las decisiones. Por esa regla de tres, tampoco se podrían cuestionar las elecciones en España y la victoria de las grandes maquinarias en las que muchísimos partidos no tienen posibilidades como resultado de un sistema electoral que las excluye, invisibiliza etc. 

  ¿Nueva política sin debate? 

 Podemos nació con promesas de hacer política de un modo diferente, y aunque ha avanzado con respecto a otros partidos no resulta suficiente en relación a lo que se podría hacer. Por otro lado los resultados que siempre son interpretables, no dan una victoria tan holgada a ninguna opción, observándose claramente un efecto líder en los resultados. Que pueden leerse tanto en clave de que hay mucha más gente que no votó la opción ganadora, y por tanto prefirió sistemas más proporcionales, e inclusivos, como que realmente hay un sesgo que influye en los resultados que se podría evitar. Abrir un debate de este tipo no creo que sea ir en contra de nadie en Podemos, sino señalar deficiencias de cómo se están articulando la toma de decisiones. 

  Sobre el relevo de los cargos parlamentarios y el criterio de relevo 

 Por otro lado y aunque desconozco la dinámica de Madrid y he leído algunas explicaciones al respecto, creo que debería tenerse más cuidado a la hora de plantear los principios mediante los cuales se realizan los nombramientos y los relevos, porque no es extraño que se pueda pensar que se trataba de un ajuste de cuentas entre corrientes incluso aunque así no fuera. En mi caso, no se trata tanto por ejemplo de posicionarme en favor de que haya un portavoz u otro, sino que por favor, este tipo de decisiones no sean resultado de decisiones arbitrarias y luchas de poder entre sectores de una organización. No caprichosas etc. Creo que es más que razonable que haya rotaciones en los cargos de un partido que aspira a ser una herramienta colectiva distinta, creo que es sano que nadie se perpetúe en un cargo, creo que es positivo que se restrinjan las acumulaciones de cargos por principio de cómo queremos que sea otra forma de hacer política. Pero no se puede pretender controlar un partido igual que si fuera una empresa. No creo tampoco que la reivindicación de mandar obedeciendo que se reclamaba de darle un nuevo sentido a las responsabilidades que se delegan en personas concretas, se cumpla si se sigue la dinámica de otorgar el poder a los representantes en vez de concebirles como servidores o facilitadores de una voluntad más amplia. 

  ¿Quién puede democratizar? ¿Es cualquier sistema técnico un modo de democratizar las decisiones? 

 Hay una paradoja en esto de la democracia, ya que incluso para abrir de un modo radical la participación democrática necesitas contar con el poder de hacerlo. Porque la democracia es una cuestión cualitativa también. Para la cuál un sistema técnico puede juzgarse como más o menos democrático no por cuántos lo hayan decidido sino por criterios cualitativos. Se puede, y se podría tomar decisiones nada democráticas de forma mayoritaria y eso no las convertiría en decisiones más democráticas. Porque se necesita también el componente cualitativo. Esto me recuerda al parecido dilema del esclavo y la libertad, y la capacidad de vender su libertad de modo que llegase a esclavizarle. Eso nunca sería libertad, porque el límite está en decidir dejar de serlo. Si se sometiera a votación por poner un ejemplo, eliminar el voto de las personas, y ganase esa opción, esa decisión aunque hubiera tenido un procedimiento democrático no lo sería. Lo organizativo es político. Tan político que gran parte del sistema contra el que luchamos en el que coincidimos que restringe las libertades y derechos de las personas, como es el sistema económico que genera y agranda las desigualdades, es al fin y al cabo un modo de organizar la economía. Es un sistema organizativo. Por supuesto en conjunto con otros sistemas.