26 de mayo de 2021

El género no es una identidad

Copiada de Educación tres puntocero 

El género no es una característica individual inmutable. El género no es una característica individual. No venimos con un género bajo el brazo. El género es la cultura, no la naturaleza. El género es la construcción cultural sobre una característica natural: El sexo.

Y esto nos devuelve inevitablemente al eterno debate naturaleza cultura. Pero es que somos las dos cosas. Venimos al mundo con predisposición, carácter. Pero no todo es innato, también se construye.

Por eso, es cierto que ante la construcción cultural del género. Tu carácter, gustos personales pueden asemejarse más a un arquetipo, o a otro, a los dos o a ninguno del todo.

Pero resulta que efectivamente el espectro social de personalidades. No es binario. Caracteres de personalidad, hay muchos. Y no tienen que encajar con ningún género, porque el género es una construcción sexista. Pero no es binaria si de lo que hablamos es de personalidad, carácter, gustos. No existen dos tipos, ni tres. Cada persona es única.

¿Qué sí existe con la excepción de la intersexualidad?(Y tampoco es excepción del todo ya que en estos síndromes sexuales sí existe un sexo aunque haya alteraciones genitales y genéticas) Binarismo sexual.
Todas las personas venimos al mundo con un Sexo, que no nos asignan. Nos lo identifican, y no necesariamente al nacer, sino antes. Esto significa que compartimos una serie de características fisiológicas con quiénes tienen el mismo sexo, y que se diferencian de esas otras que tienen el opuesto.

¿Hasta dónde llegan esas similitudes con nuestro sexo y diferencias con el otro sexo?
Como somos seres bio-psicosociales realmente no podemos saberlo completamente, pero el consenso más aceptado científicamente es que como personas que somos todos compartimos más de lo que nos diferencia por razones de sexo.

Es decir, que nuestro sexo no implica que compartamos características de personalidad o psicológicas por razones de naturaleza. Lo que sin duda sí tenemos es la experiencia compartida de la misma fisiología. Pero hay algo más.

Si en la sociedad no existiera una cultura sexista arrastrada históricamente, es muy posible que lo único que compartiésemos fuera esto que he dicho con los de nuestro mismo sexo.

Pero como sí hay una cultura sexista, además de nuestra biología, compartimos con otras personas de nuestro mismo sexo, la interacción de nuestros seres con esa cultura que nos ubica, socializa a partir de nuestro sexo.

Ese proceso de socialización sexista, está por todas partes pero no es absoluto. Ni se realiza igual en todos los entornos, pues afortunadamente las voces críticas como el feminismo han conseguido muchos adelantos, de modo que el proceso de socialización es cambiante, se modifica, no está congelado. Va evolucionando aunque también se va rehaciendo de manera reaccionaria.

Siguen existiendo de alguna manera vestigios de creencias antiguas, arraigos culturales del sexismo, y manifestaciones de una división estructural de los sexos. Por un lado está que culturalmente los sexos tienden a remarcar diferencias estéticas con el otro sexo, pero también ocurre que socialmente recibimos un trato, un mensaje, unos modelos, unos referentes que nos hacen diferenciarnos aún más, y compartir con los de nuestro sexo esa experiencia cultural.
Como este proceso no es neutro sino que es opresivo en especial para las mujeres, pero también para los hombres, y para la convivencia y el entendimiento humanos, el objetivo es educar de un modo igualitario, para que las personas desarrollen libremente su personalidad sin que el sexo cree un condicionamiento social.

Para ello hay que derribar estereotipos sociales sobre los sexos. Y para eso es fundamental que se distinga bien el sexo, del género. El sexo es una naturaleza biológica, que nadie elige, y que no nos debe determinar socialmente pero evidentemente nos condiciona biológicamente. Y el género es la construcción sociopolítica que se le impone al sexo, o en la que se trata de socializar.
Es muy complicado desligar la cultura de la característica natural, si a la característica natural la llamamos cultura y a la cultura característica natural.
Nuestros cuerpos no son el problema. El problema es ideológico.