17 de noviembre de 2018

En encanto discursivo que no te deja ver el verdadero enemigo




Feminismo e izquierda defendiendo proxenetismo y prostitución  por la trampa discursiva del lobby proxeneta


     Desgraciadamente, las feministas hemos tenido que ver cómo  figuras destacadas de nuestra lucha por la liberación, nuestra lucha feminista, (Me refiero a Silvia Federici,o Ángela Davis por ejemplo.)   están posicionándose y haciendo el juego al patriarcado cuando compran su discurso del "Trabajo sexual".

     Esta disputa de los significantes, no es sino una operación llevada a cabo por los lobbies proxenetas  para sembrar un camino hacia la regulación de la prostitución como un empleo más. En este camino,ellos pasarían a ser respetables empresarios del sexo. La prostitución, nutrida además con redes de trata, es un negocio millonario. Un negocio que descansa sobre la violencia ejercida sobre los cuerpos de las mujeres que son explotadas sexualmente. Un mercado demasiado goloso para dejarlo sucumbir así como así, ante el avance feminista. Es así, como el lobby proxeneta se ha insertado dentro del movimiento feminista, aprovechando el empuje del significante "feminismo", y ha amoldado su discurso de un modo muy sofisticado hasta el punto de convencer a muchas militantes de que su horizonte de liberación, coincide con los intereses lucrativos de la "industria del sexo".

El discurso disfraz


    Es obvio, y evidente que un discurso frontal, que defendiera los intereses de lucro de los empresarios, no tendría jamás la acogida del movimiento feminista ni de la izquierda. Por eso, se está articulando el discurso con elementos y análisis propios de estos grupos sociales, de un modo que además, consigue tener defensores nuevos que hacen el trabajo de expandir y extender su discurso de un modo gratuito, pues ya sabemos que los activistas son el perfil ideal para realizar estas campañas políticas, ya que actúan por convicciones. Pero en realidad, les están dando gato por liebre. 

     Así, estamos viendo por ejemplo, asociaciones de derechos humanos que apoyan actos u acciones que en el fondo están beneficiando a criminales, y que en lugar de transgredir o atacar al patriarcado lo están apuntalando. Estas organizaciones, así como muchas feministas de corazón, son bienintencionadas, y simplemente han caído en la trampa, sin embargo hay otras que luchan activamente y de quiénes se sospecha de hacerse pasar por lo que no son: Feministas. Y hasta es dudoso que sean prostitutas y no proxenetas.  (Ammar, u Otras por ejemplo).

     Como sabéis, un discurso político es una explicación de la realidad más o menos elaborada que señala un problema, unos responsables, y una posible solución, y que a su vez es fundamentado con otros discursos previos sobre temas relacionados con el tema a tratar, ya sea la ética, la libertad, la comunidad o cualquier otro que sea transversal al problema en cuestión.Cómo decía, la operación está consistiendo (Y esto está calando en ámbitos tan serios como la universidad) en introducir un discurso que al mismo tiempo que defiende los intereses de los criminales proxenetas, y la normalización de la prostitución como cualquier otra actividad remunerada, pero sea considerado Feminista.  Sin embargo, los principios del feminismo chocan frontalmente con este fenómeno de violencia estructural patriarcal que es la prostitución.


La prostitución como consecuencia y causa de traumas

    Hace poco una compañera nos espetaba que olvidamos la cuestión de los traumas que preceden en muchos casos a la prostitución voluntaria, así que me gustaría decir algo al respecto también. Porque aunque este artículo pretendía centrarse en el discurso, y la fuerza que tiene para convencer a las personas de aquellos horizontes que ni desean ni persiguen, o cómo hasta las más reputadas e inteligentes mentes pueden caer en confusiones al respecto; conviene recordar de qué estamos hablando con esto de la prostitución.  Porque las palabras sufren transformaciones, se romantizan, y a menudo no consiguen, por sí solas, generar el imaginario y la representación de sus significados.
   
    Se sabe que un porcentaje de mujeres que son prostituidas han pasado previamente por un trauma sexual. También se sabe que hay un mecanismo  psicológico que ayuda a las personas a soportar estos abusos: La disociación. También se sabe lo que se llama la disonancia cognitiva  un malestar que provoca la incoherencia entre acto y pensamiento, que actúa como mecanismo de defensa de la identidad personal, porque sentirte víctima de ti mismo no es agradable para nadie, y de hecho no se es víctima de sí mismo, sino que es una consecuencia de un abuso el que luches contra tus propios intereses.  

      El machismo ya es un trauma en sí mismo para la mayoría de las mujeres, pues con la socialización se nos enseña a odiarnos, y a buscar esa aprobación que necesitamos y ese afecto fuera de nosotras mismas, pero también dentro. Es decir, se nos hace cómplices internalizando nuestro ser nuestro querer ser, en función de la mirada externa masculina y social.  Una identidad que se construye con un constante cuestionamiento de nuestra libertad, y autonomía. Una identidad que necesita nutrirse de la aprobación ajena y a la que se interpela con énfasis en "ser para otros". Esto ya de por sí es dañino. Pero además, cuando una mujer es abusada, y la sociedad no responde a sus necesidades, y en lugar de eso, oculta, tapa y culpabiliza a la víctima, le provoca una herida  consigo misma y la condiciona para creer que el abuso sufrido es aceptable, y que está mal en ella algo por sentirse mal con ello. La empuja a adaptarse a esa condición de abusada y a integrar en sí ese abuso para que no le provoque una disonancia cognitiva. La persona abusada puede llegar a utilizar como mecanismo de defensa un intento de apropiarse del poder del abuso, sufriéndolo de nuevo con una ilusión de control, como parece que sucede con el maltrato, y el intento desesperado de controlar al maltratador a través de su propia conducta.  Sabemos también, que la disociación es una especie de ruptura de mente y cuerpo que activamente realizan las mujeres en situación de prostitución para ser capaces de soportar esos momentos en los que su cuerpo hace algo en el que su mente no quiere ni desea estar, provocando una desconexión que supone un daño psicológico para estas personas.  Se ha comparado el síndrome de estrés post traumático de la situación de prostitución con el que sufren los soldados de guerra.
     La experiencia brutal de ser violada una y otra vez, sin deseo, no deja a las personas intactas psicológicamente. No estamos hablando de sexo, no estamos hablando de placer, estamos hablando de violencia. De desempoderamiento personal, de sufrimiento. De pérdida de autoestima, de secuelas psicológicas, de capacidad de disfrutar del sexo que se ve mermada con la desconexión del cuerpo que provoca la disociación.  Estamos hablando de que la prostitución es legalizar abusos sexuales continuados por un módico precio.  Estamos hablando de la devastación psicológica que sufren las mujeres solo para que algunos se lucren y otros pasen un buen rato sintiéndose dioses con el poder de someter a otras personas a lo que ellos deseen. Estamos hablando de una violencia brutal, de convertir el contacto que cuando es deseado es físicamente agradable en un contacto insoportable, violento, dañino, e incluso apático. En una situación que pasa a ser condicionado y asociado a violencia y trauma. Hablamos de llamar trabajo a una barbarie que anula y deshumaniza a sus víctimas dejando importantes secuelas que necesitan tratamiento y recuperación en un camino largo y doloroso. Estamos hablando de cómo se ven obligadas a convertirse en auténticas heroínas para poder superar y sobrevivir al calvario por el que las han hecho pasar. En definitiva, que dejen  ya de contarnos milongas de esa imagen idílica y romántica de recibir pasta por noches de pasión, y démonos cuenta de que detrás de este problema social lo que existe es mucho sufrimiento y mucho dolor.

1ºEstrategia del discurso prostituyente falaz: Libre elección 


     Como decía, la forma de convencer a determinados sectores de que la prostitución es un trabajo, tiene que ver con cómo han camuflado los intereses bajo el manto de discursos que romantizan esta realidad y la hacen parecer algo diferente. Se las han ingeniado para que sus discursos parezcan progresistas, revolucionarios y liberadores. ¿Cómo? Con diferentes discursos combinados. Uno de ellos sería la "Libre elección" de las mujeres, como denuncia Ana de Miguel en "El mito de la libre elección" pues así, todo el discurso sobre el significado y la explicación social de esta práctica de violencia llamada prostitución, queda reducida a "Las mujeres quieren prostituirse  y es su libertad". Pero en realidad este discurso, no se corresponde con la realidad.

    Nadie niega, que la prostitución no siempre se realiza en condiciones de trata forzada mediante violencias intimidatorias directas de amenazas a la integridad física mediante agresiones, y secuestros forzosos. Esto es una realidad por supuesto, y es una realidad muy grave, pero es cierto, que una parte no pequeña, de las mujeres prostituidas, no están en esa situación porque las obligue una mafia, sino que acceden a ello de forma voluntaria. Ahora bien , esa voluntariedad, la mayoría de las veces, no tiene que ver con sus deseos, sino con otro tipo de violencia, que es la violencia estructural de carácter económico, y cultura patriarcal.
 Esa violencia, que a menudo denunciamos en todos aquellos trabajos que son realizados por obligación económica, por una situación de vulnerabilidad económica y social, en la cuál muchas mujeres se ven obligadas a aceptar lo que no desean hacer, para sobrevivir. Hablamos por tanto de un "Autosometimiento"de situaciones desesperadas, por cuestiones económicas que son también imprescindibles para la integridad física.  Esa es la razón, por la cuál, la perspectiva abolicionista considera a las personas en situación de prostitución "Víctimas". Víctimas de un sistema económico que las condena a la precariedad, y que supone una violencia económica que es agravada en el caso de las mujeres por el sistema patriarcal, pues como sabemos, las mujeres tienen muchas más dificultades en el mercado laboral y una menor proporción de propiedades y privilegios económicos de forma estructural en nuestra sociedad.  
Este análisis que también tiene que ver con el lugar social de las mujeres trasmitido culturalmente proviene del feminismo, en el que la mujer ha sido culturalmente concebida e interpelada para servir, agradar, someterse, gustar, al hombre. Y que históricamente arrastra mayores dificultades para su independencia económica. De hecho, se nos sigue socializando en gran medida para buscar el amor, un matrimonio, y se potencia en nosotras valores de servidumbre, en el que se trasmite que lo importante es recibir la aceptación de los hombres, la validación de otros, no de una misma, teniendo un efecto en nuestros  proyectos de vida y en cómo se nos concibe y enmarca socialmente a todas las mujeres. A todas. 

    El polo de este discurso dañino que pretende hacer pasar la prostitución como empoderante y feminista, proviene de la premisa falsa de que las mujeres son las que desean ser prostituidas. Y dónde se asimila voluntariedad, a deseo.  Desplazando las razones reales por las cuáles existe la prostitución.  Para convencer de esto, se utilizan a mujeres que defienden abiertamente que quieren ser prostitutas. Aunque sean pocas, esto consigue un efecto de validación de este discurso sobre este problema. En el que el foco se pone a propósito en la cuestión de la libertad de las mujeres en su derecho a someterse por dinero. Con la libertad empatizamos todas. Y de hecho, la perspectiva abolicionista NO PROHÍBE,  a ninguna mujer NI PENALIZA, que venda su cuerpo. Sino que cómo considera que esta venta, es en realidad una consecuencia de su vulnerabilidad económica, y que son víctimas; son sujetos a proteger y ayudar a salir de esa situación, sin prohibirles ni obligarles a nada, ya que a la única persona que en realidad están haciendo daño, es a sí mismas. Y no ayudaría en nada penalizarlas, ni mucho menos las ayuda a ellas a estar mejor y salir de ese horror en el que se encuentran.

   Ahora bien ¿Qué hay de los que compran? ¿Son víctimas también? ¿Y los que se lucran de la explotación sexual de otras personas?  Y aquí nos encontramos con otro de los artificios discursivos del lobby proxeneta para hacer coincidir a la izquierda y al movimiento feminista con sus intereses, y enmascarando su lucha con supuestas reivindicaciones para las mujeres en situación de prostitución : Un trabajo cualquiera, la reivindicación de derechos laborales.

2ºEstrategia del discurso prostituyente  falaz : Derechos laborales


    En primer lugar, es completamente falso, que las personas autónomas en situación de prostitución no puedan cotizar a la seguridad social. Pueden a través del régimen de autónomos en el que pueden inventarse cualquier actividad y pagar las cuotas. Lo que no existe son derechos laborales en un régimen de asalariadas, pues en este caso la única posibilidad de empleadores está penada: El proxenetismo.  El proxeneta se lucra de la violencia sexual ejercida contra las prostituidas, y se lleva un dineral a su costa. Esto se considera violencia, y delito. Y proporcionar un marco legal de empleo para la prostitución significaría  blanquear la situación de estos criminales, y convertirlos en empresarios.

     El elemento novedoso que introduce la perspectiva abolicionista, que se opone a considerar la prostitución como un trabajo, es que si bien a las mujeres en situación de prostitución no se les puede reprochar su comportamiento porque en realidad no hacen ningún mal a otras personas (sólo se hacen daño  a así mismas); al putero, que aprovecha la vulnerabilidad económica de mujeres, para obligarlas mediante coacción a mantener relaciones sexuales contra sus deseos, sí se le puede y debe reprochar este comportamiento por parte de la sociedad.  

    Se entiende que el sexo es un placer sólo cuando es deseado por los participantes mutuamente, y que cuando esto no sucede, en realidad estamos ante violencia sexual, y violación, por mucho que en este caso estas violaciones se realicen de manera consentida en un plano de voluntariedad no deseada.  Este es el motivo por el cuál, la perspectiva abolicionista que tiene su origen en el modelo sueco, que fue país pionero en aplicar esta perspectiva, sanciona a los puteros, no como violadores, pero sí como abusos sexuales económicos, que deben tener un rechazo social y un castigo, pues violan los derechos humanos de aquellas a quiénes compran y someten a su voluntad. Estas sanciones son de carácter económico, y pretenden disuadir de cometer abusos sexuales basados en la asimetría de poder. 
     No es una solución que impida, pero sí es al menos un reproche que manda un mensaje contundente de que no está bien abusar de tu condición económica, para acceder sexualmente a un cuerpo que no te desea  y que de otro modo no consentiría esas relaciones sexuales.Sin embargo, desde la otra perspectiva, la regulacionista que pretende que la prostitución sea convertida en un trabajo y empleo, o mercado laboral, estas personas pasan a ser "clientes respetables" cuando en el fondo están cometiendo violaciones sexuales consentidas mediante pago.¿Podemos seguir pensando que esto va de los derechos de las personas prostituidas?

     Pero la vuelta de tuerca de este discurso dañino sobre "Trabajo sexual", va todavía más lejos y argumenta que es un trabajo y que esto les quita el sustento. ¿Qué hace que pueda ser asimilable a trabajo? Lo único que lo asimila a un empleo, es una asimetría de poder, el dinero. A todos los demás efectos la actividad sexual, no tiene nada que ver con el trabajo. Y en ninguna otra situación humana consideramos el sexo como trabajo. Es entonces, cuando  los argumentos han ido moviéndose a comparar otras situaciones abusivas del mercado capitalista, y se apropian incluso del discurso de alienación marxista, para darle a la violencia prostituyente la categoría de trabajo.

     Conviene aquí señalar que empleo y trabajo no son la misma cosa, y que el discurso marxista lo que denuncia es que el trabajo, que es una actividad social necesaria para toda la comunidad, esté sometido a una brutal desigualdad de poder tanto en su modo de organización como en su distribución social de la riqueza que genera.  Pero no olvidemos que el marxismo lo que hace es una denuncia de cómo se organiza el esfuerzo colectivo, de un modo que esclaviza a las personas, para liberarlas y conseguir formas más libres de existencia, en las que jamás sería abolido el trabajo, sino precisamente las formas en que el capital se produce desde el sometimiento de la clase trabajadora al capital. Utilizar este discurso para validar una violencia que profundiza en la esclavitud de los sujetos, y que está legalmente limitada hoy, para en lugar de poner límites o bozales a la bestia,  eliminar la protección que existe en la ley como dique de contención al poder económico y machista, es exactamente todo lo contrario del fin perseguido por el análisis comunista o marxista hacia la liberación de la situación de esclavitud y alienación. Es utilizar el discurso de liberación para caminar hacia el esclavismo. Es asombroso, que una parte de la sociedad que se considera progresista y de izquierdas y hasta anticapitalista en este caso, reme hacia el objetivo contrario en el que lo hace con las demás luchas y además use el discurso por la libertad, para expandir una mayor apropiación de cada persona por parte del mercado y en especial de las mujeres.


Reflexiones sobre la sofisticación del discurso y los chivos expiatorios


   Lamentablemente, este no es el único problema social, ni la única realidad histórica en la que a través de un discurso se desplaza la causa de la victimización de un colectivo, y a los culpables de esa victimización.  A lo largo de la historia y todavía hoy, a menudo el poder señala a colectivos como chivos expiatorios, y desplaza así la mirada sobre las auténticas causas de los problemas. Ocurre con los inmigrantes, ocurrió con las brujas, ha ocurrido con la izquierda, con el feminismo, con los judíos, los árabes..  En este caso, reconvierten el problema de violencia sexual material que es ejercida por puteros y proxenetas y tratantes, en estigma social que es ejercida por las feministas abolicionistas. Cómo si el mayor problema de las personas en prostitución son las personas que luchan contra el problema y no los que ejercen violencia directa contra ellas. ¿Cómo pueden los revolucionarios pasar de defender la vida y la libertad de negarse al sometimiento, a defender que el sometimiento avance hacia terrenos que no están plenamente conquistados? 


    Claro que el estigma social y sexual sobre las mujeres existe. Sobre el conjunto de las mujeres. En el que se ha intentado controlar nuestro cuerpo, nuestro placer y nuestra reproducción. Peroni somos las feministas abolicionistas quiénes provocamos ese estigma, ni vencer ese estigma pasa por defender que se nos explote sexualmente , porque eso no es defender nuestro placer, es seguir defendiendo el placer que le importa al patriarcado, el placer de los hombres, y nuestra cosificación más absoluta de juguetes a su servicio.  Algo contra lo que ha luchado y es la raíz del movimiento feminista, y que sin embargo, hoy es presentado como "moralismo" "Puritanismo"  en una versión interesada de hacer prevalecer ese status quo pratiarcal que el feminismo sigue desafiando, pues el feminismo nos quiere, libres, e iguales, con poder sobre nosotras mismas, y no sumisas ni esclavas de nadie. 

8 de noviembre de 2018

Democracia y educación

DEMOCRACIA Y EDUCACIÓN

Retos de la educación como práctica socializadora
 en la formación de ciudadanía democrática en un mundo globalizado y cambiante


Copiada de Otras voces en Educación



RESUMEN:

    Si queremos una sociedad democrática, deberíamos empezar a cuestionar el tipo de educación. En el comienzo de la socialización de cada persona se está introduciendo una práctica cultural y social propia, característica de nuestra forma de vida. Se reflexiona sobre qué tipo de educación estamos proporcionando y si nos prepara para la ciudadanía democrática. Cómo es ésta práctica educativa y qué tipo de ciudadanía buscamos. ¿Cómo influyen los nuevos retos de la sociedad del conocimiento? ¿Se profundiza la democracia en nuestras prácticas educativas? ¿Cuánta importancia tiene la educación en la construcción democrática?

ABSTRACT:

     If we want a democratic society, we should start questioning the kind of education.In the beginning of the socialization of each person is introducing its own characteristic cultural and social practice of our way of life.It reflects on what kind of education we are providing and if we prepare for democratic citizenship.How is this educational practice and what kind of citizens we seek. How to influence the new challenges of the knowledge society? Is democracy is deepening our educational practices? How important is education in building democracy?




INTRODUCCIÓN

    En un mundo cambiante y globalizado y ante los grandes procesos de transformación tecnológica, económica y política, el estilo de educación parece que no responde a los nuevos retos que supone ser ciudadanía democrática en la actualidad. Si pensamos que la educación es una clave fundamental que nos prepara para la vida en el mundo que vamos a vivir, y ese mundo queremos que sea una sociedad democrática ¿Están dándose las herramientas necesarias para preparar a una ciudadanía activa, crítica e innovadora que sea capaz de profundizar en los valores democráticos y los derechos humanos? ¿Qué retos tiene la educación en la actualidad ?¿Existe una voluntad política de formar ciudadanía responsable, crítica y democrática que sea capaz de analizar críticamente su realidad social para intervenir en la misma a favor de los valores democráticos?

     Cambios que se están dando a nivel mundial económicos, políticos y tecnológicos obligan a repensar la educación ya que es uno de los ejes sobre los que se vertebra la sociedad y sus valores. Es además de una instrucción un espacio de construcción de prácticas que te introducen en la realidad social. La educación va más allá de las aulas puesto que nos encontramos también en una etapa en que la información ya no es exclusiva de una autoridad académica, sino que existen diversas fuentes de las que las personas obtenemos información de diversa temática. Esta nueva realidad abre nuevas problemáticas y nuevas potencialidades.

     Existe una clara relación entre el tipo de educación y como está construida la sociedad que se complementan de tal modo que si queremos cambiar la sociedad o incluso si ésta cambia; constituye una herramienta clave y con un potencial político importante en la construcción o profundización de la sociedad democrática.




EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA

     ¿Es suficiente una asignatura para educar en ciudadanía? Indiscutiblemente, es todo un acierto abordar la problemática de la educación cívica que mirar hacia otro lado como si no fuera una de las funciones fundamentales de la educación introducir a las personas en el conocimiento de la práctica social y cultural de su mundo; pero, aunque pueda ser necesario nada nos invita a pensar que sea suficiente. ¿Qué tipo de educación están recibiendo por parte de las instituciones las futuras generaciones de este país?
Inevitablemente el tipo de educación que se establece en una sociedad tiene una clara relación con el modo de vida de esta, así como, con su concepción política del momento. No obstante, si bien hemos asistido a continuas reformas de las leyes de educación, ésta ha cambiado sustancialmente poco. 
     Cuando era alumna de enseñanza secundaria, a menudo me preguntaba cómo era posible que no hubiera alguna asignatura que nos hablara de cómo funcionan las instituciones de la sociedad de la que todas y todos formamos parte. Cómo es posible que una gran parte de la población desconozca cómo funciona el sistema financiero , las leyes, o qué instituciones son importantes conocer para desenvolvernos como ciudadanía competente de nuestra sociedad.
     Pero el aprendizaje de ciudadanía no es únicamente una cuestión de contenido sino también de práctica, práctica que al menos en mis vivencias no recuerdo que fueran precisamente muy democráticas ni participativas. Lo más “democrático” que hacíamos era la elección del delegado/a de la clase, y apenas tenía funciones de secretario/a del profesor/a.

     Como decía, la educación tiene mucho que ver con el tipo de sociedad y su concepción política de la vida, puesto que dependiendo de qué tipo de ciudadanía buscamos que sea, se procurará un tipo de práctica educativa u otra. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que la educación es una herramienta, una herramienta a través de la cual se busca conseguir unos objetivos tanto en conocimientos como en competencias o niveles de desempeño de aquellas capacidades que quiénes planifican buscan que logren los futuros/as ciudadanos/as. De modo, que, si yo busco, por ejemplo, la autosuficiencia de las personas en su hábitat, los conocimientos del currículum, así como las prácticas que se desarrollarán serán diferentes a las que buscaré si lo que se necesita es un nivel de especialización alto para que puedan ser contratados/as en el mercado. Por ello si hablamos de construir y educar para una ciudadanía democrática, no podemos olvidar de qué concepción de democracia se parte y qué se pretende de esta ciudadanía en un contexto global de transformación. Esto coincide con la tesis de Honnet que viene a reivindicar la asociación natural que existe entre educación y filosofía política, que según él parece haberse separado : “La teoría de la democracia se ha despedido de su hermana gemela, la teoría de la organización y el método adecuados para una educación democrática...”(HONNET, 2013)




SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

     Esta etapa ha sido bautizada como la sociedad del conocimiento, una época en el que el avance de las nuevas tecnologías ha cambiado la perspectiva de la información y cómo se adquiere e interpreta, pero también el valor que se le da al conocimiento como fuente de riqueza y poder. Mi generación (80-90) ha vivido progresivamente los avances durante su etapa de educación escolarizada. Ha asistido por tanto a los momentos de cambio de paradigma en el que la tecnología ha ido creciendo más deprisa incluso que nosotros y que la capacidad de educadores de introducirnos a la par que introducirse en este nuevo mundo. En muy poco tiempo, las fuentes a través de las cuáles se obtenía información han ido dejando paso fundamentalmente a otras en formato digital y a través de la red. Esto a su vez ha facilitado un intercambio mucho más rico tanto a nivel formal como informal de los flujos de experiencias y conocimientos que se han intercambiado y que se obtienen de forma instantánea. Uno de los retos en este sentido sería aprender a discernir la veracidad ante tanto contenido disponible, y otro relacionado con éste ordenar la información y aprender a manejar la atención ante tanto caos informativo con sus diferentes enfoques. Así nos cuenta Clara Jannet :


En el marco de los retos que se plantea la sociedad del conocimiento, la Unesco principalmente pero también la Unión Europea, han destacado la importancia de una “Alfabetización mediática e informacional” AMI, que permita a los ciudadanos y a la sociedad en general , la apropiación de las TIC y el encauzamiento de la sociedad hacia una ciudadanía activa (JANNET,2013)


     Recibimos constantemente mensajes desde diferentes fuentes de información sin tener la capacidad o el tiempo para contrastar tanta información o desinformación disponible. Por una parte, esto ha provocado que haya beneficios al tener tan disponible una gran cantidad de información, pero por otra el caos generado de informaciones contradictorias sitúa a nuestra época en una etapa de confusión. Uno de los grandes beneficios es que ha roto con ese monopolio que existía en múltiples profesiones en las que metafóricamente representaban una autoridad incuestionable con el inmenso poder que esto tiene asociado y la indefensión del resto de la población, aunque esto a su vez también genere problemas y descompensa las certezas. Teniendo en cuenta que los campos de la ciencia también son campos de batalla intelectual que tienen consecuencias en la vida social de las personas, este fenómeno de alguna manera rompe con visiones del mundo que tienen un mayor poder de convicción asociada a su capacidad de extender las ideas a través del poder económico y los grandes medios de comunicación. También ha supuesto un mayor control y exigencia por parte de la ciudadanía que ahora es capaz de conectar y poner en circulación otros relatos compartidos de la realidad social.

     Otra de las cuestiones relevantes es el logro del acceso a estas herramientas, ya que, si en otras épocas el reto consistió en alfabetizar a la población que no sabía leer y escribir, hoy en día coexisten diferentes generaciones y por tanto alfabetización tecnológica, que supone una brecha también al estar excluidos de las nuevas potencialidades y proyectos que se puedan poner en marcha, con la consiguiente asimetría de poder.
     El avance de las nuevas tecnologías podría introducir cambios importantes en la forma de gobernar, o elaborar las leyes, así como en el aumento de la participación de la ciudadanía. Hay ya colectivos que reivindican su uso político dada la posibilidad de llevarse a cabo en la actualidad, pero no parece que se estén escuchando sus voces desde los actuales gobernantes. Así como también ha introducido cambios en la educación y ha abierto posibilidades como la universidad a distancia, podrían darse otros usos que amplifiquen los derechos de participación de la ciudadanía.

     Tampoco hay que olvidar que, con respecto a las nuevas tecnologías se han posibilitado los cambios de transformación económica a nivel mundial en el uso que sí está muy avanzado de la economía financiera, la bolsa, u otros instrumentos online que permiten una conexión mundial que como se ha comentado, nos conecta en general, pero aún con mayor intensidad aumenta las posibilidades de las élites de controlar el mundo.


LA EDUCACIÓN Y LA DEMOCRACIA


     Democracia es una palabra que se usa con distintos significados, aunque sabemos que viene del griego y que su traducción viene a decir algo así como poder del pueblo, es una idea un tanto abstracta que tiene diferentes formas de interpretarse. La propia sociedad al usarla trata de llenar de contenido esta palabra, pero en torno a ella se produce una disputa por su significado en un sentido más concreto o material. Así, en las leyes de educación podemos encontrar el mandato en los temas transversales de promover valores democráticos. La trampa, sin embargo, está en su ambigüedad. Tanto en el funcionamiento de la sociedad como en las aulas hay unas determinadas jerarquías de poder, jerarquías que se establecen de manera formal a través de la ley, o de forma informal a través de la fuerza, el estatus, el poder económico e incluso el conocimiento. Entonces el problema de apostar por una sociedad democrática tiene bastantes variables y la educación, así como también otros agentes que influyen en la socialización y el imaginario colectivo de nuestras ideas y pensamientos, como son los medios de comunicación, se vuelven especialmente relevantes.

     Esto plantea como decíamos anteriormente uno de los retos en cuanto a interpretación de la realidad que nos rodea, ya que las lógicas que funcionan en estos centros de conocimiento o información no están exentas de visión subjetiva que impregna la trasmisión de un mensaje. De modo que sería necesario educar en el discernimiento. Pero además también plantearía el reto del cambio de rol de los docentes y de un estilo de aprendizaje que incluyera la visión de que todos somos maestros en algo también para los demás. Sin embargo, la metodología de enseñanza en la que se da hoy en día ese aprendizaje social y académico para la vida adulta en nuestras sociedades ocurre en un plano y con unos modelos de organización opuestos y más bien directivos que más que despertar un papel activo en la construcción del mundo que sería un papel más coherente con los valores democráticos, traslada un saber como si fuese algo ya construido y permanente que sólo hiciera falta memorizar o conocer.

     A esta variable se añade que lo que se aprende viene prescrito y direccionado con objetivos de ajustarse a una sociedad de mercado. Un modelo que cada vez más choca con una organización democrática ya que supedita la organización de la formación y socialización de las futuras generaciones a las exigencias no marcadas por los integrantes de la sociedad sino por las lógicas del mercado y el consumo, que pueden o no coincidir con necesidades reales de la población.

     Quizás sería conveniente señalar que la educación en la escuela tiene roles variables puesto que ,por un lado, es la forma en que toda una sociedad establece unos mínimos de conocimientos necesarios a adquirir por todas las personas de modo que se alcancen mayores posibilidades de desarrollo social; pero también es el primer contacto y excusa para relacionarte en sociedad fuera de la familia con iguales y otros referentes adultos. En este sentido, no sólo se están aprendiendo datos académicos, sino que se introyecta todo un estilo de comportamiento y normas que van acostumbrando a ver ese mismo estilo como “lo normal” o inclusive “natural”(VILLALOBOS, 2008).

     Con esto hago referencia a que es un aprendizaje fundamental en lo que después somos como sociedad y por ejemplo como un valor como la obediencia tiene un peso importante dentro del modelo que supondrá después la aceptación del estilo de vida laboral, y la organización de los tiempos y los espacios. Aquí actúa ya un imaginario que no sólo se fragua en la escuela sino también fuera de ella pero que a su vez se perpetúa independientemente de los cambios que se hayan producido que permitan cuestionarse este modelo o de la necesidad real de que estemos así mismo organizados.

     Además de la inercia cotidiana que funciona como resistencia al cambio(incluso cuando teóricamente valoramos el concepto y la relevancia de la democracia como sistema), nos encontramos con que las posibilidades de cuestionar, repensar y plantear otros modelos que profundizaran más en otro tipo de praxis, no se encuentran a disposición de toda la ciudadanía.

     Para tomar parte en los cambios políticos necesarios para transformar la educación, es necesario pasar por todo un proceso, no sólo reflexivo sino de conquista del poder político que está fuertemente restringido por las condiciones materiales, aunque de manera formal se reconozcan las posibilidades de acceso al mismo. De alguna manera todo el conglomerado de lo social está determinado por la concepción política y económica que atraviesa la sociedad, en la que por una parte hay un poder formal (leyes, costumbres) que lo mantienen, pero a su vez hay algo más complejo aún que lo retroalimenta a través de la propia dinámica sucesiva de la vida social que no deja un gran espacio para la reflexión conjunta en la que expresar la voluntad de cambiarlo.

     Otro de los problemas con el estilo de educación y la democracia es que también actúa como rasgo divisorio a partir del cual una parte de la población accede a mayor conocimiento y así también estilo de vida y otra parte se ve privado de la misma, o sé queda en un nivel inferior que se traduce en menor calidad de vida produciéndose una división importante en cuanto al poder de tipo intelectual, económico, e incluso de posibilidades de participación política. Dice Dewey respecto a este tema :

Para tener un gran número de valores en común, todos los miembros del grupo deben poseer una oportunidad equitativa, para recibir y tomar de los demás. Debe haber una gran diversidad de empresas y experiencias compartidas. De otro modo, las influencias que educan a algunos para señores educarán a otros para esclavos.(DEWEY,1998)

     No obstante, se empiezan a vislumbrar grietas de los existente que rompen con la práctica y metodología oficial y ensayan nuevas fórmulas, aunque minoritarias en las que crear un tipo de educación que avance hacia un modelo más desarrollado de democracia que rompa con la lógica mercantil que direcciona la sociedad, así como su educación. Así vemos experiencias como la que realizan en Argentina y se refleja en un documental llamado “La educación prohibida” en el que realizan una crítica en esta línea de pensamiento al modelo educativo tradicional, y ponen en práctica otras metodologías pedagógicas y democráticas en la que los roles de los agentes cambian conformando un estilo nuevo y diferente.

     Este estilo podemos encontrarlo también en contextos más informales e incluso hay quiénes establecen semejanzas con la sociedad red. Como un nuevo paradigma que rompe moldes alumbrando otras formas de educación y construcción del conocimiento más cooperativas y menos jerárquicas. Así en la siguiente investigación cooperativa, por ejemplo, respecto a la ciudadanía global concluyeron:

Las ciudadanías (Comunes y múltiples) son procesos de construcción (susceptibles de ser educados) de personas (con sus principios, valores anhelos, reflexiones, emociones). Estas personas comparten colectiva y cooperativamente acciones locales y/o globales a favor del logro de derechos ...para alcanzar la transformación dinámica de la realidad de tal forma que esta transformación canalice nuevos procesos... (Paino et al., 2011,p.40). (BONI, Alejandra 2011)




CONCLUSIONES


     Nuestra sociedad está sufriendo numerosos cambios en muy poco tiempo a los que le está costando adaptarse y mientras tanto las élites avanzan ganando terreno y dominando el imaginario colectivo a través de los grandes medios de masas. Hoy en día ya no se puede hablar de una etapa educativa ya que predomina una formación a lo largo de la vida y la sociedad en sus distintas formas “educa” a las personas sea ésta una buena o mala educación. La visión del mundo que se está imponiendo es la que interesa a los sectores más privilegiados y la educación reglada se está empezando a ajustar a este modelo en el que se prepara a las personas para ser consumidores, y vendedores de sus conocimientos en un mercado más que para ser constructores o arquitectos de la vida social. No obstante, la educación reglada ha sido un poderoso instrumento de combate de la desigualdad en su concepción gratuita y universal, y sigue teniendo un potencial transformador que podría utilizarse para profundizar en prácticas democráticas y transformación social si se enfocara desde otra perspectiva. Las nuevas tecnologías han supuesto un avance, la llamada sociedad en red funciona en lógicas más igualitarias y democráticas, aunque con un considerable desorden en el que se necesita aprender para discernir la información pero que elimina barreras y se da un aprendizaje multidireccional. Aunque también es un arma de doble filo ya que como el resto de los espacios tiene también una importante colonización de los grandes conglomerados económicos, y esto posibilita mucho más control al que mayor disponibilidad de tiempo, dinero y conocimiento tiene para influir a través de las inversiones que pueden hacerse por la red de manejar el conjunto general desde un considerable anonimato.
Para profundizar en una sociedad democrática y que esté preparada para este nuevo mundo global tanto si quiere o no combatir la tendencia política de transformar toda la esfera vital en un mercado y supeditarla al mismo, debe existir una voluntad política de educar ciudadanía crítica, informada y que maneje una visión integral de cómo funciona la vida, la economía, la política y aprenda desde sus prácticas diarias otra forma tanto de concebir el aprendizaje como de practicar un modo de relación menos jerárquica y más autónoma y democrática.

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