26 de diciembre de 2016

¿Se puede cuestionar el grado de democracia de las decisiones de una herramienta que pretende ser democrática?

Llamadas de atención a la discrepancia sobre decisiones colectivas y cuestionamiento de la democracia 

       No me gustan no sólo algunas "llamadas de atención" que no creo que tengan sentido, sino el argumento que se ha dado que no sólo implica a quiénes siguen o no a un determinado líder. Osea que no se puede cuestionar las decisiones "democráticas" según el secretario de organización. Sin embargo yo creo que esas decisiones, y sobre todo el modo de tomarlas, no sólo las cuestiona un sector visible y con proyección mediática como pueda ser una determinada corriente.Sino muchas otras personas, que consideramos con distintos modos de crítica que las votaciones no se han hecho tan democráticamente y que más bien se han convertido en un concurso de popularidad entre caras conocidas y adeptos. Si creo que en algo se coincide desde muchos sectores es en que las votaciones mediadas por la afinidad a personas no permiten un debate real sobre las ideas, y que esto lo hayan defendido los errejonistas que antes estuvieron de acuerdo con esa dinámica, no le quita ninguna razón a la argumentación. Es más yo creo que este sector se queda corto incluso en sus reivindicaciones de primero las ideas y luego las caras. Ya que tampoco propuso un remedio o propuesta en el que esos debates de ideas no estuvieran influidas también por quiénes las presentan. Del mismo modo que en España partidos sin visibilidad a través de los medios y con un sistema que obliga a voto útil sesga la elección de las personas, en Podemos también se instala una dinámica de voto útil que imposibilita a otras opciones hacer valer sus ideas con una especie de bipartidismo o tripartidismo. No ha sido poco frecuente la apelación al líder de turno que se votaba en lugar de a las ideas como argumento por muchas personas, y eso deberíamos entender que es una dinámica nociva para permitir que aflore eso que antes llamábamos "Inteligencia colectiva" Si se va a considerar que las discrepancias ideológicas, organizativas y demás son una especie de traición a quiénes más poder tienen en la actualidad en la propia herramienta, se convierte esta en una especie de chiringuito de unos pocos en lugar de una herramienta colectiva y democrática. Hay métodos en las que los efectos que pervierten las decisiones democráticas pueden ser corregidos. Si no se usan es porque no conviene a quiénes creen que gracias a una afinidad generada tienen más posibilidades de ganar independientemente de si las ideas que defienden son las que más convencen a conjunto. No me parece que sea la forma de democratizar un partido ni una herramienta y hacer de esta herramienta una lucha de todas. En ese sentido me parece bastante decepcionante que se diga que no se pueden cuestionar las decisiones. Por esa regla de tres, tampoco se podrían cuestionar las elecciones en España y la victoria de las grandes maquinarias en las que muchísimos partidos no tienen posibilidades como resultado de un sistema electoral que las excluye, invisibiliza etc. 

  ¿Nueva política sin debate? 

 Podemos nació con promesas de hacer política de un modo diferente, y aunque ha avanzado con respecto a otros partidos no resulta suficiente en relación a lo que se podría hacer. Por otro lado los resultados que siempre son interpretables, no dan una victoria tan holgada a ninguna opción, observándose claramente un efecto líder en los resultados. Que pueden leerse tanto en clave de que hay mucha más gente que no votó la opción ganadora, y por tanto prefirió sistemas más proporcionales, e inclusivos, como que realmente hay un sesgo que influye en los resultados que se podría evitar. Abrir un debate de este tipo no creo que sea ir en contra de nadie en Podemos, sino señalar deficiencias de cómo se están articulando la toma de decisiones. 

  Sobre el relevo de los cargos parlamentarios y el criterio de relevo 

 Por otro lado y aunque desconozco la dinámica de Madrid y he leído algunas explicaciones al respecto, creo que debería tenerse más cuidado a la hora de plantear los principios mediante los cuales se realizan los nombramientos y los relevos, porque no es extraño que se pueda pensar que se trataba de un ajuste de cuentas entre corrientes incluso aunque así no fuera. En mi caso, no se trata tanto por ejemplo de posicionarme en favor de que haya un portavoz u otro, sino que por favor, este tipo de decisiones no sean resultado de decisiones arbitrarias y luchas de poder entre sectores de una organización. No caprichosas etc. Creo que es más que razonable que haya rotaciones en los cargos de un partido que aspira a ser una herramienta colectiva distinta, creo que es sano que nadie se perpetúe en un cargo, creo que es positivo que se restrinjan las acumulaciones de cargos por principio de cómo queremos que sea otra forma de hacer política. Pero no se puede pretender controlar un partido igual que si fuera una empresa. No creo tampoco que la reivindicación de mandar obedeciendo que se reclamaba de darle un nuevo sentido a las responsabilidades que se delegan en personas concretas, se cumpla si se sigue la dinámica de otorgar el poder a los representantes en vez de concebirles como servidores o facilitadores de una voluntad más amplia. 

  ¿Quién puede democratizar? ¿Es cualquier sistema técnico un modo de democratizar las decisiones? 

 Hay una paradoja en esto de la democracia, ya que incluso para abrir de un modo radical la participación democrática necesitas contar con el poder de hacerlo. Porque la democracia es una cuestión cualitativa también. Para la cuál un sistema técnico puede juzgarse como más o menos democrático no por cuántos lo hayan decidido sino por criterios cualitativos. Se puede, y se podría tomar decisiones nada democráticas de forma mayoritaria y eso no las convertiría en decisiones más democráticas. Porque se necesita también el componente cualitativo. Esto me recuerda al parecido dilema del esclavo y la libertad, y la capacidad de vender su libertad de modo que llegase a esclavizarle. Eso nunca sería libertad, porque el límite está en decidir dejar de serlo. Si se sometiera a votación por poner un ejemplo, eliminar el voto de las personas, y ganase esa opción, esa decisión aunque hubiera tenido un procedimiento democrático no lo sería. Lo organizativo es político. Tan político que gran parte del sistema contra el que luchamos en el que coincidimos que restringe las libertades y derechos de las personas, como es el sistema económico que genera y agranda las desigualdades, es al fin y al cabo un modo de organizar la economía. Es un sistema organizativo. Por supuesto en conjunto con otros sistemas.

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