4 de octubre de 2018

El arte del engaño 1/09/2018





Engaño y política: Neoliberalismo


¿Eso es la política? ¿A ver quién engaña mejor? ¿De qué va esto? Parece que nos hemos inyectado teoría neoliberal en vena, y que todo lo vemos ya desde esa óptica de mercado. Las empresas a menudo compiten entre sí de esa manera. Hay varias formas, no obstante de vender productos. Una es invertir en publicidad, sin duda este es el arte del engaño, el arte de crear en la mente de las personas necesidades que no tenían, de hacer que se identifiquen con algo hasta llegar a depender de ello para ser capaces de vivir. Para ello el producto no es medido por su utilidad real, ni es siquiera presentado destacando esas cualidades, no, es vendido como algo mucho mejor, un abrigo no te va a quitar el frío, te va a transportar al éxtasis de la felicidad de una noche de navidad caminando por la montaña con el amor de tu vida. Un perfume va a hacerte absolutamente irresistible en la cama, no simplemente hará que huelas bien. Un helado de chocolate te provocará orgasmos. Y así todo.

La identidad y el autoestima en la publicidad

Pero se puede ir más allá, creando necesidades a partir de mensajes que atacan directamente al autoestima. Esto ya no va de ir al cielo, sino de que sientas que no eres suficiente y que solo puedes sentirte atractivo, si te pones tal tinte, champú, o demás productos de belleza. Pero como esto es tan vanal, los mensajes ya no irán solo a la satisfacción del deseo sino a convencerte de que te mereces los caprichos que desees. “Porque yo lo valgo” O los milagros de los productos que conseguirán que la dieta de mierda que llevas no sea ya un problema si tomas “pitiplí” adiós a .. todo tipo de males.. Y cómo no sólo hay un producto para todas estas cosas, hay más competición. Y quizás no baste con la publicidad sino que también hay que modificar el precio. Y cuando esto no es suficiente pues a lo mejor hay que cambiar el producto y variar la calidad real del mismo. Y aquí es dónde yo quería llegar.

La única utilidad legítima


Es cierto que un buen producto sin una adecuada publicidad quizás no saque todo el rendimiento que puede en un mercado competitivo, aunque esta publicidad no necesariamente sea de las que prometen lo imposible. Es decir, sin cierto grado de conocimiento, de contacto entre deseantes, y satisfactores, es muy posible que algo con una gran calidad no triunfe. Con este problema se puede encontrar un buen producto cuando es nuevo, cuando no es lo suficientemente grande como empresa, cuando apenas comienza. Hasta que se hacen una imagen : La marca.




 




No hay comentarios:

Publicar un comentario